MIEDO A LA SEPARACIÓN

La ansiedad de separación es un proceso normal que afecta al 40% de los niños. Pero en forma de diagnóstico clínico aparece entre un 3-4 %. En estos casos la separación de sus padres o persoas que le cuidan se vive por parte del niño o niña como con un miedo excesivo e inapropiado en unas circunstancias normales.

El sufrimiento, pensamientos o expresiones del niño no ocurren de forma pasajera o en situaciones excepcionales sino que ocurre de forma excesiva y habitual.

Los niños con esta problemática se convierten en “la sombra” de sus padres o cuidadores, si se separan necesitan saber dónde están éstos y cuánto tardaran. Puede que los padres tengan que ir a buscarle al colegio o a otros lugares porque no soporta no verlos.

Generalmente, la queja de las familias está relacionada con el rechazo del niño por asistir al colegio. Pero ello, sólo es la “punta del iceberg” de un problema mayor. El colegio es el lugar en el que pasan más tiempo y por ello, “las alarmas” saltan por aí. Realmente el niño sufre miedo a estar separado de los padres, anticipa que sus progenitores pueden sufrir graves peligros y por ello necesitan, o bien estar con los padres o saber siempre y en todo momento dónde están.

Ante esta situación, estos niños viven una constante situación de “alarma” y nerviosismo, ante la separación de sus padres o la posible anticipación de una separación. Los padres se sienten agobiados por la excesiva atención que demanda el niño y por la dependencia que mantienen de ellos. Requieren constantemente de su compañía, la mayoría no consiguen dormir solos ni dormir fuera de casa, ni participar en actividades sociales o extraescolares con sus compañeros.

Desde el primer día de nacimiento del niño o incluso antes en el útero de sus madres, el bebe y su madre generan un vínculo afectivo. Este vínculo permite al niños desarrollarse de forma sana: desde cubrir todas sus necesidades básicas, como la exploración de entornos y el posterior aprendizaje de todos sus conocimientos y experiencias. Mantener con los niños un apego seguro, es un factor protector de posibles problemáticas presentes y futuras.

En este entorno, la ansiedad de separación es un sentimiento normal en el desarrollo evolutivo entre los 8 meses y los 2 años y medio , aproximadamente. A partir de aquí es normativo que los niños teman algunas separaciones en entornos que no conocen o puedan mostrar más dependencia por alguna de las figuras de apego. Pero el porcentaje de niños que lleguen a sufrir un trastorno por ansiedad de separación es bajo.

A continuación presentamos unos breves consejos para evitar separaciones difíciles y que puedan fomentar posibles problemas de ansiedad en los niños. Algunos de los consejos se pueden leer en un interesante artículo presentado por la revista consumer:

–          La actitud de los progenitores ante la separación es fundamental. Deben mantenerse tranquilos, despedirse con naturalidad y no quedarse más tiempo del necesario ante la demanda del niño.

–          Después de la separación mostrar interés por las actividades que hizo el niño, escucharla, premiarle por las tareas que hizo y por su comportamiento.

–          No engañar al niño. Debemos explicarle claramente lo que vamos a hacer y cuando le recogeremos y cumplirlo. El niño necesita un clima de confianza y participación por parte de toda la familia para sentirse seguro y seguir cultivando un vínculo afectivo seguro y sano.

–          Empezar el proceso de separación con separaciones cortas. Hacerlo de forma progresiva e ir aumentando el tiempo hasta llegar a las horas del objetivo establecido.

–          Premiar con elogios cada muestra de independencia del niño. Como el hecho de dormir solo o de no llorar en su ausencia

Como conclusión, deseamos puntualizar que la ansiedad de separación es un proceso evolutivo normal. Es fruto de la generación de un buen apego por parte de los niños. Cuando este proceso se complica porque las consecuencias que de él se derivan afectan negativamente al niño y a su familia y se mantiene por lo menos 4 semanas, es cuando es necesario demandar ayuda.

Les animamos a poner en práctica los consejos que presentamos y a compartir sus experiencias y reflexiones sobre este tema con nosotras.

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