HAY MILES DE SOLUCIONES PARA UN SOLO PROBLEMA

HAY MILES DE SOLUCIONES PARA UN SOLO PROBLEMA

El laberinto de los problemas, un artículo publicado por el diario El País, que nos hace reflexionar sobre un proceso de practicamos numerosas veces a diario del que no somos concientes.

Definir lo que es un problema es algo realmente complicado, pero desde luego normalmente solemos conceptualizarlo como un obstáculo en nuestros retos y objetivos, que nos genera normalmente una sensación de malestar y deseamos modificar.

En realidad los problemas forman parte de nuestra vida cotidiana, deberíamos considerarlos como algo completamente “normal” en nuestras vidas e intentar afrontarlos como retos; ocasiones para poner en marcha nuestro “mecanismo de resolución de problemas” y para mejorarlo ante cada dificultad.

Algunas personas resuelven dificultades con mayor rapidez y fluidez que otras. Ello puede ser porque sus habilidades para hacerlo son mejores, porque no suele tener situaciones problemáticas difíciles o porque su carácter le permite ser flexible, tener apertura a la experiencia y la situación que vive. y por ello, resuelve con mayor celeridad problemas.

Las habilidades pueden ser modificadas mediante el aprendizaje y la experiencia. Aportaremos un granito de arena a este punto en nuestro artículo. Nos centraremos en conocer los pasos para resolver un problema con un resultado favorable para la persona.

Pero un aspecto muy importante es modificar nuestro propio concepto de problema, aceptarlo como un reto diario e intentar promover nuestras habilidades para resolverlos.

Ante una situación problemática seguiremos los pasos establecidos por D’Zurilla y Goldfried, ello  nos permitirá mejorar nuestras competencias y habilidades así como mejorar nuestro malestar psicológico. No nos adentraremos profundamente en el Entrenamiento de Resolución de Problemas que ellos proponen pero sí presentaremos los pasos fundamentales a tener en cuenta.

El primer paso ante un problema es definirlo de forma clara y precisa, en términos objetivos y observables (sin influencias de nuestra opinión o deseo)

El segundo paso sería como que se llama una “Tormenta de Ideas”, plantear todas las posibles soluciones que se nos puedan ocurrir sin valorarlas. Cualquier solución es considerada una buena solución

Tercer paso, resolución del problema y ejecución. Bien, en este paso la persona debe valorar cada una de las posibles soluciones anteriores y decantarse por una. En este punto, deben considerarse todos los aspectos para que la solución elegida éxito y la pondremos en práctica.

Después de la ejecución, el cuarto paso versaría sobre evaluar los resultados de nuestra decisión.  Si los resultados son positivos y favorables podemos sentir la satisfacción de nuestro proceso de resolución y si no es así, no nos desanimemos y pasemos al quinto paso.

El quinto paso, nos derivaría a reiniciar el proceso, debemos retomar sino todo el proceso, quedarnos en el punto que creemos que falla y continuar todos los pasos hasta el cuarto.

Parece un proceso sencillo, ¿a que sí? Os animamos a ponerlo en práctica y una vez aprendido el proceso conseguiremos hacerlo automáticamente y ello nos llevará a las mejores soluciones en cada momento y, sobre todo, a generar un bienestar psicológico por los problemas resueltos.